En el libro «El nuevo manual de meditación» del venerable maestro Geshe Kelsang Gyatso Rinpoche, aprendí que hay dos tipos de meditación:
Meditación Analítica. Una vez que tienes identificado tu objeto de meditación vas a analizarlo a profundidad, racionalmente, con el ojo de tu mente; harás un análisis exhaustivo de ese objeto.
Como suelo decirlo en mis clases, en tu imaginación, como si mente fuera en un programa de computadora, podrás hacerle zoom, acercarlo o alejarlo, también podrás girarlo, verlo desde diferentes puntos de vista.
Pensemos por ejemplo el concepto de la impermanencia, en el budismo significa que nada es para siempre o que nada dura para siempre.
Imagina una pluma, analízala, ¿de qué está compuesta? observala desde el cielo o desde su estructura, sus átomos.
¿Qué pasaría si en tu imaginación atrasaras el tiempo 1000 años?, ¿dónde quedo la pluma?, o por el contrario, que pasaría si adelantas 2000 años, ¿a dónde se fue la pluma?
Eso es la meditación analítica.
Meditación de Emplazamiento. Una vez que analizaste exhaustivamente el objeto de meditación ahora podrás extraer su esencia, la lección o el aprendizaje.
Mantén esa esencia, ese aprendizaje en tu mente el mayor tiempo posible. Eso es la meditación de emplazamiento. Solo así podrás incorporar ese concepto a tu vida, vivir acorde a él.
Con el mismo ejemplo de la pluma, te darás cuenta en el pasado era parte de otra cosa y en el futuro quizá sea solo polvo de estrellas. ¿Entonces qué es?
Que pasa si ahora aplicas el concepto de la impermanencia a la tristeza, al estrés o a cualquier otra situación que pueda afectar tu vida o la de los demás. ¿Qué sucedería? ¿Qué encontrarías? ¿Qué enseñanza logras extraer?
Si te cuesta trabajo entender este concepto, medita y compárteme tus resultados será grato escucharte.
Dany Zen