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Todo lo que está dispuesto en un altar budista es una representación de todo lo que ya está dentro de nosotros mismos y es un recordatorio para reconectar con nuestra esencia primordial.

El día de ayer compartí la importancia de las tres joyas en el budismo y en todo altar budista están representadas las tres joyas.

En un altar budista al centro debe estar la imagen de un Buda, representando a su cuerpo y es el recordatorio de aquel ser completamente realizado, libre, en paz y consciente.

Dicha estatua o imagen es la primera joya, es un recordatorio de que nosotros también podemos alcanzar la budeidad a través de un esfuerzo fuerte continuo y gozoso.

También es común poner estatuas de otros budas, bodhisattvas o fotos de nuestros maestros como recordatorio de su amorosa compasión de darnos sus enseñanzas.

A la mano derecha de la imagen del Buda se ponen libros, lo cual es una representación del su palabra o el Dharma, la segunda joya.

A su mano izquierda una Stupa ya sea en figura, imagen o fotografía. La cual representa la mente del Buda, en nuestro caso poner una fotografía de la Stupa de Valle de Bravo es un recordatorio de que esa Sangha siempre nos dará la bienvenida.

Finalmente, es posible que veas altares, con flores, agua, luz, inclusive fruta, esto se llaman ofrendas y es similar a como ya lo hacíamos en el México Prehispánico.

Héctor Namkha me enseño que un altar es una puerta o un portal que se abre para dar la bienvenida a los Budas, seres iluminados y realizados a tu hogar.

Imagina por un momento que estos seres completamente realizados te vienen a visitar.

Similar a cuando tienes visitas en casa de tus seres queridos, lo común es que les ofrezcas algo especial, eso sería lo equivalente a poner las ofrendas en un altar.

En este caso, ofrecer con un corazón puro, una bella flor, agua, luz, genera muchos méritos y bendiciones de los seres iluminados.

Continuará.

Dany Zen.