La práctica espiritual está tan arraigada en el Tíbet que se dice que los niños pequeños que son reencarnación de algún maestro: recuerdan personas, objetos e inclusive son capaces de recitar escrituras sagradas que aún no han recibido*.
En el Tíbet es normal buscar una práctica espiritual y tener la cultura de maestro y alumno.
Por el contrario, en occidente he observado lo opuesto: negación de la espiritualidad (o exceso de ella), duda malsana y egocentrismo.
En el post de hoy te comparto algunos impedimentos de la práctica espiritual que he descubierto en mi propia experiencia.
*El libro tibetano de la vida y la muerte. Pág. 135.
Impedimento 1. No tener un maestro cualificado que te enseñe a meditar.
En estos tiempos vemos a la meditación como un juego o una pastilla para aliviar el estrés y la ansiedad provocada por una vida acelerada.
Buscar videos en Youtube o Netflix es la norma para encontrar un poco de paz en nuestras vidas.
Es decir, que la búsqueda de la verdad se convierte en un entretenimiento u otro programa más en tu lista para mirar después.
¿Dónde busco a mi maestro?
Cuando me lo han preguntado mi respuesta es definitiva: no lo vas a encontrar acostado en tu sillón.
Búscalo, muévete, acércate a lugares donde enseñan budismo y meditación.
En México tenemos la gran bendición de contar con diversas escuelas Budistas y Sanghas así es que depende de ti salir a buscar a tu maestro y encontrarlo.
Una vez que lo encuentres comprométete con sus enseñanzas y tu práctica espiritual.
Impedimento 2. Meditar sin visión.
«Meditar sin visión es perder el tiempo»
¿Qué es la visión?
En el contexto budista es una enseñanza recibida de un maestro.
Quizá al comenzar no tengas a un maestro, o aún sigues en búsqueda de él, pero puedes comenzar con uno de sus libros, ahí encontrarás visión.
Saber escuchar y reflexionar al respecto de lo que aprendes o lees, es el ABC para usarlo en la meditación.
Meditar es para encontrar la verdad, eso es visión.
Impedimento 3. Ego.
Aseveraciones tales como: “la meditación no es para mí, no me sirve”, “no necesito que nadie me enseñe”, “yo soy mi propio maestro”.
Son manifestaciones del ego.
Imagina a un peligroso agente infiltrado dentro del círculo cercano de una organización, hay boicots desde dentro, no es fácil detectar quién está perjudicando.
Al encontrarlo y quitarle la máscara ese infiltrado eres tú mismo. Autosaboteaste tu práctica espiritual.
El antídoto del ego es la humildad.
Con humildad aprendemos a escuchar, reflexionar y contemplar las enseñanzas que recibimos de nuestro maestro; cuando lo unimos con la meditación, se manifiesta lo que se llama la sabiduría de la ausencia del ego.
Impedimento 4. Duda mal sana.
La duda mal sana es una incertidumbre que niega toda posibilidad de espiritualidad y en consecuencia te cierra todas las puertas a un autoconocimiento profundo.
Tener un grado de duda, es saludable, pues, eso te motiva a seguir en la búsqueda de la verdad.
Recuerda el camino medio o el equilibrio, es la base de todo.
Cuestiónate, pregunta: ¿será posible?, ve y compruébalo.
Usa el método científico: observa, experimenta, haz una hipótesis y obtén resultados. Nunca saques conclusiones a priori, ni rechaces todas las posibilidades.
No descanses hasta haberlo demostrado en tu propia experiencia, sé valiente y con ímpetu encuentra las respuestas.
En mi vida alguna vez dudé acerca de la posibilidad de meditar en los sueños lucidos; solo vi resultados hasta que tomé la resolución de comprometerme a la práctica del Yoga de los Sueños por varios años.
Impedimento 5. Confundir Meditación con Mindfulness.
El mindfulness o atención consciente es consciencia y memoria de tu exterior y tu interior.
La meditación es darte cuenta y una vez que te diste cuenta permanecer en ese estado.
El mindfulness es una herramienta y requisito previo para la meditación, por esa razón suele confundirse.
Pero si solo te quedas en el mindfulness no podrás penetrar la realidad de las cosas y ver las cosas tal como son, para eso es la meditación.
Para evolucionar en tu práctica espiritual, requieres fortalecer tu atención consciente y eventualmente lograrás mayor inmersión en tu objeto de meditación.
Conoce la diferencia sutil y después suéltalos, en un punto se vuelven dos espirales que se fusionan en una sola.
Esto potenciará tu práctica.
Impedimento 6. Meditar para poner tu mente en blanco.
¿Por qué blanco, y no mejor azul, amarillo, rojo o verde?
Debes tener sumo cuidado con este obstáculo, pues si vas comenzando y piensas que tu objetivo es lograr una mente en blanco te puedes frustrar.
La frustración te puede llevar a renunciar a tu práctica y ese sería el peor de los obstáculos.
Lo más cercano a poner tu mente en blanco en el Budismo Mahayana y Bön, se llama Zhine o morar en calma.
Es una práctica que consiste en enfocar nuestra atención, por ejemplo, en la sílaba tibetana A (ཨ) o un punto fijo; dibujado o impreso, pegado en la pared.
Cuando avanzas en el Zhine comienzas a experimentar calma, no hay molestias físicas ni mentales, con una mente serena, con buenos pensamientos y sentimientos.
En las sesiones sabatinas de Budismo y Vida Plena, realizamos prácticas de Zhine, contáctame y te invito.
Impedimento 7. Abandonar la práctica espiritual por frustración.
Si llegaste hasta este punto ya te diste cuenta de que hay una multitud de obstáculos para abandonar la práctica espiritual.
Recientemente uno de mis compañeros de la Sangha de Viajeros Espirituales me compartió su frustración.
Lamenta que a pesar de los meses que lleva en la meditación aún siente enojo, envidia y celos, piensa que eso lo hace un mal practicante.
La práctica espiritual no tiene la intención de volvernos seres insensibles e indolentes, sino en seres amorosos y compasivos.
Como practicantes nuestro trabajo es conocer nuestra mente y equilibrar nuestras emociones con una adiestramiento constante, por eso se llama así: práctica, porque se ejercita todos los días.
Cuando logremos la iluminación o budeidad ya no habrá práctica, pues ya llegamos a la meta.
Por esa razón es que se requiere de algo más que solo “motivación” para querer estar bien a través del camino de la meditación.
La práctica espiritual es más semejante a un deporte de alto rendimiento, debido al compromiso que requiere.
Sin embargo, cuando ves el éxito de tu paciencia y esfuerzo en la práctica espiritual, te das cuenta de que son los frutos más dulces; los resultados más satisfactorios y duraderos; así es que vale la pena comprometerte a este camino.
Por supuesto que para no abandonar la práctica espiritual es necesario ver avances y tener logros . ¿Pero como lo hago?, esta frase lo resume de manera magistral.
Los resultados desarrollan la fe.
-Lama Tenzin Wangyal Rinpoche
Cuando la fe es profunda y basada en la certeza, incrementa la práctica.
Fe y práctica conducen a la sabiduría y la felicidad.
Finalmente te doy estas últimas recomendaciones:
- Piensa en espiral y márcate pequeñas metas de avance.
- Avanza con pasos de bebé.
- Reconoce y comparte tus logros espirituales, pero no te apegues a ellos.
- Medita con una Sangha o comunidad budista.
- Toma el libro de un gran maestro y lee una página por día.
Anhelo que con esta publicación detectes los impedimentos y conozcas como solucionarlos, espero te sirva como un impulso para fortalecer tu propia práctica espiritual.
Dany Zen
Meditar podría parecer estar al alcance de la mano, esto es literal, gracias a la tecnología. Pero se requiere una guía especializada para iniciar en un lugar seguro, sí porque meditar implica varias cosas que si bien no son imposibles, requieren de la delicadeza y salvaguarda espiritual que solo un guía o maestro podrá comprender y dirigir en la práctica directa. Lo mejor es que tenemos toda la vida para iniciar y desarrollar la meditación, sin prisas ni predisposición a situaciones extraordinarias o de fantasía. Enfócate y sé amorosamente paciente contigo, te sentirás bien porque siempre tendremos otra vida para continuar el avance espiritual; lo cual significa aprovechar el tiempo que dediques a tu práctica y desarrollo de la meditación. Busca una comunidad espiritual, aquí si lo permites, existe una opción para unirte a una.